Espinas
El cuerpo está lleno de espinas. Impiden moverse. Uno está
ansioso por sacárselas pero incluso están en las yemas de los dedos. Hay de
todo tipo: grandes como lanzas, y también las hay pequeñas como esas que poseen
algunos cactus, esas que parecen pelo y son las más difíciles de quitar.
Nosotros, por nuestra condición, no poseemos la habilidad para poder sacarlas
de nuestro ser por nuestra cuenta. Alguien más debe ayudarnos. Pero hay gente
que no se da cuenta de eso y cada vez que trata de liberarse lo único que logra
es que se incrusten más en la piel y que la efusión de sangre sea mayor.
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