Karen Armstrong / "Una Historia de Dios"


"Cuando era niña yo tenía una serie de creencias religiosas firmes, pero poca fe en Dios" Con esta frase, que bien podría definir la situación de muchos creyentes hoy en día, parte un libro fantástico sobre algo sobre lo que todos creen hablar con conocimiento pero que en realidad no se sabe absolutamente nada. Al menos esa es la sensación con la que se queda al terminar esta "Historia de Dios", de Karen Armstrong, reciente Premio Príncipe de Asturias. Premio que por cierto no estuvo revestido de cierta polémica, por dejar disconformes a los tarados de siempre: por un lado a la ultraderecha no le cayó nada bien que se premiara a una autora que ha editado varios textos sobre el Islam y de su Profeta, sin el tono confrontacional y polémico que les gustaría sino que con un enfoque bastante aperturista. Y por otro lado a la izquierda borderline no le agradó mucho que digamos que se premiara a una autora que ha dedicado buena parte de su carrera a investigar y rehabilitar una idea a la que le tienen fobia como es la de la religión, en concreto las religiones abrahámicas, ya que si bien también tiene trabajos sobre otras Tradiciones e incluso hay una biografía del Buda de su autoría a ella lo que le interesa es el fenómeno religioso monoteísta.

Y eso está muy bien. En un contexto como el actual donde gente como Sam Harris o Cristopher Hitchens (que junto con Richard Dawkins son los tres Reyes Magos del Nuevo Ateísmo) pontifican con mucha verborrea pero poco conocimiento sobre un tema que se escapa a sus áreas de investigación este libro da un buen ejemplo de exposición sobre un tema complejísimo (yo diría que es "el" tema complejo por excelencia) que trata de mostrar todos los enfoques que se han intentado respecto a Dios en las tres religiones del Libro, llegando a una conclusión que para muchos puede resultar sorprendente: ninguno es satisfactorio al cien por cien,  la idea de Dios no es fija sino que evoluciona junto con la humanidad misma y es tan antigua como ella. De hecho el secularismo actual es un experimento inédito y si se revisa la historia reciente se podría aventurar que además es en parte un proyecto fallido.

La introducción del libro sirve como marco del plan de la obra. Usando como pretexto su propia experiencia personal (Armstrong fue monja de claustro de joven y se retiró cuando se dio cuenta que lo suyo no iba por ahí) va a dar cuenta de que la idea que poseemos de Dios evoluciona junto con nosotros mismos. Pero no todos evolucionamos de la misma manera, y hay cosas en nuestra vida que simplemente siguen igual:

"Mis ideas sobre Dios se formaron durante mi infancia y no maduraron como lo hicieron mis conocimientos en otros campos. Había cambiado mi idea infantil y simple sobre Father Christmas; había llegado a tener un conocimiento más maduro acerca de la complejidad de la existencia humana que el que me resultó posible en el jardín de infancia. Pero no se habían modificado ni desarrollado mis primeras y confusas ideas sobre Dios. Quienes tengan un trasfondo religioso peculiar como el mío podrán darse cuenta de que su idea de Dios se formó durante la infancia. Con el paso del tiempo dejamos las cosas de niños y desechamos al Dios de nuestros primeros años."

A partir de ahí vemos cómo es que se va desarrollando esta idea. Cómo se desarrolla como consecuencia lógica del panteón semítico de la Antigüedad, cómo se va componiendo el Antiguo Testamento a lo largo de varias generaciones que van contestando sus propias inquietudes espirituales al reinterpretar su propia historia, cómo de la monolatría el pueblo de Israel da el paso al monoteísmo puro, cómo es que esta idea terminó por prender entre sus vecinos paganos y germinó en el Cristianismo, cómo el dogma cristiano se fue haciendo sutil y complejo hasta lo incomprensible, cómo en gran parte el Islam se explica como una reacción hacia dicha complejidad, la filosofía, la mística, la Reforma, la Ilustración, el surgimiento del ateísmo como reacción ante las falencias del pensamiento religioso, el fundamentalismo como reacción hacia una modernidad invasiva y agresiva... y un final abierto, ya que el libro de la Historia sigue escribiéndose minuto a minuto aunque a algunos no les guste porque se sienten ganadores.

Un viaje apasionante que Armstrong relata de la forma que ella mejor sabe hacer: con un talento inédito para abordar cuestiones profundas y densas de forma clara, sin mayores rebuscamientos retóricos. Un libro que trata un tema que hoy en día se encuentra saturado de clichés y lugares comunes, así que leerlo es un buen ejercicio de aseo mental y porqué no, espiritual.

"Los seres humanos no pueden soportar el vacío y la desolación; llenarán el vacío creando una nueva perspectiva de sentido. Los ídolos del fundamentalismo no son buenos sustitutos de Dios; si queremos crear una nueva religión vigorosa para el siglo xxi quizás tengamos que considerar atentamente la historia de Dios para aprender de ella algunas lecciones y tomar nota de algunas advertencias."

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